En comparación con las demás cuevas decoradas, Lascaux destaca por su homogeneidad artística, su diversidad y su festival de colores sin igual.
Lascaux IV es el escaparate del siglo XXI de esta joya de la humanidad, ahora preservada desde el exterior gracias a esta extraordinaria reproducción. El visitante está completamente inmerso. Mientras se produce la magia, puede tomarse su tiempo para comprender y vivir una experiencia sensorial y emocional única, que recordará durante mucho tiempo.